jueves, marzo 03, 2016

María Cecilia Micetich: Una partitura*



¿Será, entonces, cierto..?

¿Será, entonces, cierto
que la mirada encumbrada hacia el piélago,
en la solemne espesura de lo profundo,
cuando asciende en la hora del ruiseñor,
cincela el comentario pero también lo sostiene?
La invitación al abismo en el vuelo inmolado
de este avión de plumas grises,
merodea el no querer anclar
en la grava que nos expulsa
(porque aún nos desea).
Si lo verdadero se hallara en un pestañear,
abrir y cerrar de hojas, de labios,
de manos desapacibles, de requiebros,
diría que todo es blanco bajo esta página,
diría que el vaso a medias
expresa cinco minutos más
que la botella llena de cenizas,
cuando el universo da vueltas
y en la mitad del vals transforma
la temporalidad toda en una lágrima.

Hay un solo motivo

“J’unis un coeur de neige à la blancheur des signes” 1
Charles Baudelaire
Hay un solo motivo
en el blanco de la orquesta,
sin intersticios ni atisbos.
Aunque con sombras,
en el pausado regreso del ojo a sí mismo,
el cuarto viaja hacia el profundo fluir de la palabra.
De esa palabra que balbuceo
en el idioma que todos olvidan.
El canto del paisaje se vuelve hoy mi fantasía,
variación del Parnaso que insiste una y otra vez,
navegando sobre el mismo río.
Hay un motivo
y está en la torre. Alguien sopló briosamente
para que hoy, si doy vuelta la página,
deba cantar de nuevo.
Vuelva da capo y Babel me reciba
en el abrazo de un verso.

1 “Un corazón de nieve junto al blancor del cisne”.

Domingo

Puño que quiebra toda la magia,
tener lo que se tiene
en el necesario hábito de respirar y no,
porque aquel árbol de la espera
despojado de resplandores y ocasos
hoy es la posibilidad habitable en este caos.
A veces la sombra se reproduce en el instante azul del domingo.
Si la vista se nubla de grises,
pido tres segundos:
desaparecer.


*Poemas extractados del libro Una partitura (Huesos de Jibia, 2014).

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