lunes, junio 24, 2013

Ana Lafferranderie: Volcar la cuna...



Pregunta si todavía queda tiempo. Si el miedo puede dejarse de
repente como se suelta una mano que aquieta. Camina sobre algo
encendido. No hay modo de evitar la tarde. Vuelca la cuna y libera
el espacio. Porque no hay madre para frenar el movimiento, rueda
sobre sábanas sucias. El cuerpo se derrama, no lo levanta, para
qué resguardarse dentro de un volcán.



Por ver lo absurdo. Este sopor invade el día, pierde sentido el
movimiento. Miro el espacio que se abre detrás de la ventana.
Lo sigo lejos, hasta una piedra donde golpea espuma fría. Se
desintegra, se dispersa en lo líquido. Yo sigo frente a mí. Con los
pies en el agua sé que soy materia que se apaga.



Buscaba la frescura del aire, encontré la noche. Estrellas como
pequeñas branquias. Este silencio con todas sus ausencias, el
sonido sin cuerpo de otras voces. La mía gritando adentro, que
alguien cambie este sucederse de las cosas. Esa pared que aún no
tiembla y lo que nadie dice.
Cada objeto se pierde en un halo distante. Mi espalda ahora mismo
se hace vieja. No vas a escapar, no habrá frescura. Este vacío,
yo destronada. De todos los presentes posteriores. Mi voz ya es
pasado. La nitidez del límite cambia el espacio para vivir.

* Ana Lafferranderie (Montevideo, Uruguay, 1969). Vive en Buenos Aires desde 1990. En 2007 publicó El cielo tácito. Volcar la cuna es su segundo libro publicado (Premio Fondo Nacional de las Artes, 2011).

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