lunes, mayo 27, 2013

Marina Tvestaiéva, Poesía y poeta líricos...



Traducción: Selma Ancira

“… La poesía lírica pura no tiene un proyecto. Uno no puede obligarse a tener un sueño determinado o a sentir un sentimiento preciso. La lírica pura es un estado puro de vivencias- de sufrimiento, y en los intervalos ("mientras Apolo no llame al poeta para el sacrificio sagrado"*) en los bajamares de la inspiración- un estado de infinita pobreza. El mar se ha retirado, se lo ha llevado todo y no volverá antes de su debido tiempo. Algo constante y terrible pende en el aire sobre la palabra de honor de la inspiración desleal. ¿Y si algún día te abandona?
La poesía lírica pura no es otra cosa que el registro de nuestros sueños y de nuestras sensaciones además del ruego para que estos sueños y estas sensaciones nunca se agoten... Si al poeta lírico se exigiera además... ¿Pero qué además se le puede exigir? El poeta lírico no tiene de dónde asirse: no tiene el esqueleto del tema, ni las horas obligatorias de trabajo detrás de un escritorio; no tiene material del cual extraer nada, del cual ocuparse y hasta en el cual sumergirse en los momentos de marea baja; está completamente suspendido del hilo de la confianza.
No esperen sacrificios: el poeta lírico puro no sacrifica nada -está contento cuando llega aunque sea algo. Tampoco esperen de él una elección moral -sea lo que sea lo que haya llegado, "malo" o "bueno" -se siente tan feliz de que haya llegado que a ustedes (la sociedad, la moral, dios) no les cederá nada.
Al poeta lírico le ha sido dada únicamente la voluntad de realizar: lo suficiente para distinguir entre los dones que ofrece la marea. La poesía lírica pura no es otra cosa que el registro de nuestros sueños y de nuestras sensaciones. Mientras más grande es el poeta lírico, más limpio es su registro.”

Del libro El poeta y el tiempo.

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