sábado, febrero 13, 2010

Georges Bataille: como agua que fluye en el interior del agua

(…) Existe de hecho una superioridad del (animal) carnívoro sobre la presa con la cual se alimenta. No obstante, el animal comido no es el subordinado; no es inferior al que se lo come. Los dos animales permanecen semejantes; si uno está por encima del otro es porque sus fuerzas difieren cuantitativamente. Pero ningún animal mira a otro de la misma manera que un blanco mira a un negro o un hombre honesto mira a un condenado por el derecho civil. La idea que tiene el blanco de sí mismo trasciende a la idea que él se hace del negro, lo mismo sucede con la idea que el hombre honrado tiene de sí mismo en relación con la que se hace del condenado. Pero si se come a otro, un animal no introduce entre él y el otro distancia alguna, a partir de la cual sería posible hablar de trascendencia. Se come al otro, pero ninguna afirmación de superioridad deriva de esa diferencia. (…) No lo niega, sino que ignora que esa cosa fue parecida al ser que él es íntimamente. De igual manera no sabe que ha hecho del animal matado un objeto. Sólo en la medida en que somos humanos, el objeto, la presa comestible, es captada como lo suficientemente duradera, ya que ocupa un sitio en ciertos lugares apropiados y disponible a nuestra elección.
(…) El animal ignora la posibilidad de oponer lo que es él a lo que no es. En el mundo es inmanente: (…) él fluye en este mundo, y el mundo fluye en él. El león no es el rey de los animales; en el movimiento de las aguas, no es sino una ola más alta, atropellando a las olas más débiles. Que un animal sea el más fuerte y se coma a otro no modifica una situación fundamental: cada animal está en el mundo como el agua que fluye en el interior del agua."
*De "La animalidad", incluido en La oscuridad no miente, Taurus, 2001.

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